Violencia Sexual Digital

#VSD: Ciberviolencia de carácter sexual contra las mujeres

En el Reino Unido identifican el sexting como vía para el abuso sexual de menores

Los expertos en seguridad siguen insistiendo en los riesgos que corren las chicas más jóvenes al enviar fotografías explícitas de sí mismas por medio de los teléfonos móviles. Entre esos peligros destaca el ser víctimas de abuso sexual o de ciberbullying.

Según Jon Brown, director del programa de abuso sexual de la NSPCC británica, han descubierto numerosos casos en ese país en los que chicas incluso de 12 años reciben presiones de sus novios para enviarles fotos de ellas mismas desnudas.

Según el Child Exploitation and Online Protection Centre, el 38% de los chicos entre 11 y 17 años han recibido mensajes de móvil o de correo electrónico con contenido sexual explícito y el 70% conocían al remitente.

Fuente: Financial Express

Te pueden interesar los siguientes recursos de PantallasAmigas

  • Sexting.es, web dedicado a advertir sobre los riesgos de la práctica del sexting, sobre todo para los más jóvenes. Incluye artículos, estadísticas, casos y otras informaciones útiles para la prevención.
  • Guía sobre el sexting y los menores.
  • Sextorsion.es, web centrado en el peligro de ser extorsionados a partir de las fotos enviadas de sexting.
  • Stop-sexting.info, las últimas noticias sobre el problema.
  • Vídeos para concienciar sobre la cuestión:
      

Las niñas preadolescentes son las principales víctimas del ciberbullying

Los niños de entre 12 y 13 años son los menores con mayor riesgo de sufrir el fenómeno conocido como acoso digital o ciberbullying, en el que las niñas son más propensas tanto a ser víctimas como agresoras, según el director de la organización nacional Pantallas Amigas, Jorge Flores Fernández. Flores ha explicado a la agencia EFE, con motivo de un curso que se imparte en Málaga bajo el título de «Violencia entre iguales (menores y jóvenes) a través de las Nuevas Tecnologías», que este tipo de acoso preocupa de «forma creciente y en edades más tempranas».
 
El acoso online puede darse, según el experto, entre personas de diferente edad, pero lo más común es que ocurra entre iguales y con «demasiada frecuencia» en los entornos escolares.
 
El teléfono móvil, Internet o incluso vídeojuegos en red pueden ser vehículo de estas agresiones, que para ser consideradas como tal deben ser intencionadas y reiterativas, ha indicado Flores, quien ha destacado la facilidad que permite la Red para llegar a cualquier persona como ventaja sobre el acoso tradicional.
 
«La caracterización del problema es muy difícil y cambia muy rápidamente», ha advertido el director de la iniciativa PantallasAmigas, quien ha recordado que un reciente estudio europeo cifra en un 7% el número de adolescentes españoles que sufren o han sufrido acoso.
 
Los síntomas más comunes que alertan a padres o profesores de que un menor está siendo acosado por la Red son transtornos del sueño y de la alimentación, aislamiento, irritabilidad y necesidad compulsiva de conectarse para ver qué está ocurriendo con su imagen online, ha señalado el experto.
 
En cuanto a las medidas que adoptar ante uno de estos casos, Jorge Flores aconseja que si se da en el entorno escolar, lo más adecuado es dejar intervenir al centro para que medie, ya que ve la vía judicial como una última posibilidad cuando se han agotado las demás o si existen amenazas graves.
 
El director de PantallasAmigas, entidad que editó en 2006 una de las primeras guías sobre acoso en la Red, ha manifestado que es importante compartir la «vida digital» de los menores para poderles ayudar en un momento dado y no mostrarse como «enemigos de la tecnología».
 
Fuente: El Faro Digital.
 

La sextorsión hacia las jóvenes por parte de sus exparejas

Jorge Flores, director de PantallasAmigas explica en una entrevista para el programa Despierta, Aragón de Aragón Radio, la relación entre la moda del sexting y la violencia digital contra las mujeres.
 
…a veces es el machismo de la sociedad en la que estamos viviendo donde los chicos solicitan a las chicas, o incluso de alguna manera hasta violentan para que se tomen o se envíen ese tipo de imágenes.
(…)
La cuestión es que el hecho de compartir esas imágenes o de grabarse a uno mismo no puede tener mayor importancia. El problema es cuando esas imágenes son usadas por la persona que las tiene para condicionar, para chantajear a quien aparece en ellas. Es decir, yo he sido tu novio y de repente me dejas y me mosqueo y entonces digo: «Bueno, pues si no vuelves conmigo, si no haces esto o lo otro, esas fotos que tomamos… pues yo las voy a hacer públicas». Es una forma de violencia sexual, de violencia de género a través del entorno digital. Y a veces incluso no hace falta ni que haya habido una relación previa entre esas dos personas: basta con que unas imágenes lleguen a un destinatario diferente al que pretendemos y este inicie esa forma de chantaje.

 

El 3% de las y los menores estadounidenses que practican sexting lo hacen coaccionadas/os

Según un estudio que acaba de ser publicado en la revista Pediatrics sobre el sexting entre los menores estadounidenses, sólo el 1% envían imágenes sexualmente explícitas (muestran pechos desnudos, genitales o el culo, según la definición del estudio) que podrían ser constitutivas de delito de pornografía infantil según las leyes de los EE. UU.

El estudio realizado por Kimberly J. Mitchell, David Finkelhor, Lisa M. Jones y Janis Wolak del Centro de Investigación sobre Delitos contra los Niños, de la Universidad de New Hampshire se centra en el sexting gráfico (envío de imágenes y vídeos sexuales por teléfonos móviles, Internet u otros dispositivos electrónicos) y se basa en entrevistas a 1.560 internautas de entre 10 y 17 años y a sus padres, realizadas telefónicamente entre agosto de 2010 y enero de 2011.

Grado de extensión del sexting

Otros datos revelados por el estudio son:

  • 7% afirman haber recibido imágenes de otras personas desnudas o casi-desnudas.
  • El 5,9% las han recibido sexualmente explícitas.
  • De los que recibieron imágenes de sexting, el 56% eran chicas, y el 55% tenían 16 ó 17. Ninguna tenía menos de 12 años.
  • El 9,6% aparecía en imágenes desnudo o casi desnudo, o las había sacado o recibido (es decir, había estado implicado de alguna manera en un caso de sexting).
  • El 2,5% aparecía en dichas imágenes o las había creado. De esos, el 61% eran chicas, el 72% tenían 16 o 17 años y sólo el 6% tenían 10, 11 ó 12 años.
  • Del total de los entrevistados, el 1,8% se había sacado a sí mismo/a, el 0,3% había sido grabado/fotografiado por otra persona y el 0,4% había grabado/fotografiado a otro menor.
  • De los que salían en las imágenes o las habían sacado sólo el 54% mostraba pechos, genitales o culo desnudos.
  • Entre los que las recibieron, ese tipo de imágenes suponía el 84%.
  • El reenvío es poco frecuente: fueron distribuidas o publicadas en Internet en el 10% de los casos de sexting activo y sólo en el 3% de sexting pasivo.
  • El sexting activo sucedió:
    • Una sola vez en el pasado año, para el 41%.
    • Dos veces para el 23%.
    • De 3 a 5 veces para el 26%.
    • 6 veces ó más para el 10%.
  • El sexting pasivo sucedió:
    • Una sola vez en el pasado año, para el 39%.
    • Dos veces para el 33%.
    • De 3 a 5 veces para el 22%.
    • 6 veces ó más para el 6%.

Impacto emocional

Según el estudio el 21% de los que había practicado sexting activo habían acabado sintiéndose muy molestos, avergonzados o atemorizados. Esa cifra es del 25% entre los que recibieron sexting (pasivo).

El 28% acudieron a su padre, madre, profesor(a) o a la policía para comunicarles el hecho.

Fuente del sexting

En la mayoría de los casos de recepción de sexting, el responsable era alguien que el/la menor conocía.

El motivo más común era una relación sentimental, aunque también se citaron las bromas y el ligue. Una cifra importante de los menores que salían en el sexting (31%) lo habían hecho en relación con el consumo de alcohol o drogas. En los casos en que había mayores de edad implicado, todos tenían entre 18 y 21 años.

Un 3% de los que habían aparecido en las imágenes o las habían realizado, reconocieron hacer a causa de amenazas o un chantaje.

Conclusiones y críticas a estudios anteriores

Según las conclusiones del estudio, el grado de exposición de los menores estadounidenses al sexting hace necesario «proporcionarles información acerca de las consecuencias legales de dicha actividad, así como consejos sobre qué hacer si reciben una imagen de sexting». Sin embargo, opinan los autores que «los datos que muestra el estudio sugieren que el sexting está lejos de ser la norma entre los más jóvenes».

Los autores critican también otros estudios previos ampliamente citados acerca del sexting, como el realizado por la National Campaign to Prevent Teen and Unplanned Pregnancy que asignaba una prevalencia del 20% de esta actividad entre los jóvenes. Según estos pediatras dicho estudio adolece de problemas metodológicos como el no haberse hecho entre una población general y el haber incluido también a mayores de edad (18 y 19 años). También critican que las definiciones de imágenes de sexting usadas no haya sido suficientemente precisas en los estudios anteriores sobre el tema pues preguntan a los adolescentes acerca de imágenes de «desnudos o semidesnudos», «casi desnudos» o «sexualmente sugerentes», que en la práctica pueden incluir imágenes que cualquiera podría ver en una playa. Otros estudios ni siquiera diferencian entre sacarse una imagen y enviarla por un lado (sexting activo), y recibirla y retrasmitirla, por otro (sexting pasivo). El efecto de estos estudios, sería crear una alarma injustificada y amplificada por los medios de comunicación. Según sugiere el estudio, «el sexting puede que no esté indicando un cambio dramático hacia un comportamiento sexual más arriesgado entre los jóvenes, sino que puede que tan sólo esté sacando más a la luz algunos comportamientos de ese tipo para los adultos y las autoridades».

Para los autores, el suyo es el primer estudio que aborda la cuestión en detalle y con definiciones precisas del tipo de imágenes.

Los investigadores preguntaron en concreto:

  • ¿Alguna vez te han enviado fotos o vídeos de chicos/as de menos de 18 años desnudos o semidesnudos, que otra persona había sacado?
  • ¿Alguna vez has reenviado o publicado este tipo de fotos o vídeos?
  • ¿Te has sacado alguna vez fotos o vídeos desnudo/a o casi desnudo/a?
  • ¿Te ha sacado alguien ese tipo de fotos o vídeos?
  • ¿Se los has sacado tú a alguien de menos de 18 años?

En el estudio los propios jóvenes definieron lo que eran imágenes de personas «desnudas o semidesnudas», incluyendo en dicha definición «fotos en ropa interior o trajes de baño, poses sexys con la ropa puesta y primeros planos de los genitales con ropa».

El estudio reconoce finalmente que la prevalencia del sexting puede ser mayor dado que el estudio se ha centrado en usuarios de Internet, y que este fenómeno no es exclusivo de la Red, principalmente por su existencia vía teléfonos móviles.

Fuente: Pediatrics. The American Academy of Pediatrics

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Fuente: AWID