Bajo el lema “Escuela de comunicación igualitaria”, el IX Curso de Verano “Novas Fronteiras na Igualdade de Oportunidades 2.0” que se celebró en el Salón Teatro de Lalín contó con la participación de PantallasAmigas con una ponencia sobre ciberviolencia de género.
PantallasAmigas vuelve a participar en este curso de verano coorganizado por el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago de Compostela y la Oficina de Igualdad del Ayuntamiento de Lalín. Urko Fernández Román, director de proyectos de PantallasAmigas, abordó el tema del ciberacoso en las redes sociales y las brechas digitales de género existentes, y compartió una serie de propuestas educativas para combatir la sextorsión en la Red.
Este neologismo tiene su origen en el inglés sextortion, una forma de explotación sexual en la cual se chantajea a una persona por medio de una imagen de sí misma desnuda que ha compartido a través de Internet mediante sexting. La víctima es posteriormente coaccionada para tener relaciones sexuales con la persona chantajista, para producir pornografía, o para obtener dinero u otras acciones.
Fernández recordó que ´el control o el chantaje digital no se identifican como violencia, pero lo son´, y diversos estudios recientes comienzan a mostrar una realidad en la que cada vez más personas, cegados por los celos y la falta de confianza, utilizan los smartphones y las redes sociales para espiar y limitar las libertades de sus compañeras.
Este curso de verano está orientado a alumnado universitario y a profesorado o profesionales que trabajen en instituciones públicas o privadas y que quieran ampliar sus conocimientos previos, o incorporar por primera vez la perspectiva de género y la igualdad de oportunidades en su práctica profesional o en su acervo de conocimientos.
El programa completo del curso de verano puede ser consultado en el siguiente enlace.


Entonces ¿qué podemos pensar cuando un niño o una niña empieza a escribir en el buscador «Tengo 12 años…» y Google le termina la frase con «…y estoy embarazada»? Parece obvio que el/la menor asumirá que eso es normal (en el sentido de frecuente) y que hay millones de niñas en el mundo escribiendo esa frase en el buscador tras haber mantenido relaciones sexuales y preocupadas por un supuesto embarazo precoz. Si es cierto que hay tantas búsquedas con esos términos, hay un grave problema entre las niñas de 12 años, pero si no lo es, quien está provocando un riesgo es Google: el riesgo de hacer creer que es algo normal, frecuente. ¿Está preparado un niño de 8 años, por ejemplo, para discernir qué hay detrás del hecho de que Google le sugiera terminar así una frase?